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Pues bien, llegó el tres de julio, y como bien decían muchos, amanecimos sin poder decir habemus presidente.
Hasta las 20 hrs del día de hoy, la cosa está así: con 98.45% de las casillas contadas, los candidatos a la presidencia tienen los siguientes porcentajes:

• Calderón: 36.38%
• López: 35.34%
• Madrazo: 21.57%
• Mercado: 2.81%
• Campa: 0.99%
• No registrados: 0.72% (será el Dr. Simi?)
• Nulos: 2.14%

Me enorgullece el decir que los dos estados que más quiero, Colima y Jalisco, así como en el que vivo (Nuevo León), los ciudadanos votamos mayoritariamente por el PAN.
Ya Campa avaló la ventaja de Calderón (algo que a decir verdad, era predecible), así que ahora queda ver qué dicen los otros candidatos al respecto, especialmente Madrazo. Como también era de esperarse y supongo que ya la mayoría sabe, a López (si, ya me fastidié de agregarle el Obrador, porque ese wey no tiene madre!) no le ha parecido nada lo que el IFE ha publicado a través del PREP.

A mi realmente me parece una falta de respeto, no solamente a las instituciones (y a los ciudadanos que participaron en ellas), a la razón, y a la democracia, sino a mí como persona... y ahí les va por qué:

El día domingo, me puse de acuerdo con un amigo para ir a votar a la casilla especial que se instaló a tan solo cuatro cuadras de mi casa, en una zona en la que normalmente no hay gente foránea (ya que votar cerca del Tec no parecía una buena opción). Pues bien, resulta que a las 9 a.m., cuando llegamos a la casilla, la fila ya le daba tres vueltas por la cuadra! Así es, al parecer, otros 500 ciudadanos tuvieron la misma idea que nosotros.
Pasé cinco horas parada en la fila, con hambre, sueño, calor, y una insolación tremenda que aún sufro... me arde el cuello, la cara, y un brazo (si, uno! ni siquiera los dos porque el sol me daba de lado). Pero yo, así como otra gente vestida de azul, no nos movimos de nuestro lugar.
Claro que hubo caos, sobretodo cuando se comenzó a correr el rumor de que en otras casillas no había ya boletas, y nosotros aún no sabíamos si nos iba a tocar votar. La gente del IFE comenzó a numerarnos bajo la advertencia de que solamente quedaban 400 boletas (a mí me tocó el número 202), por lo que todo mundo quería colarse por la fila. En esta casillas las cosas estuvieron relativamente tranquilas... en otras si hubo hasta bronca y golpes. Unos amigos pasaron 6 horas buscando una casilla en la que si hubiera boletas, y finalmente, pudieron votar. Al parecer, ninguno queríamos quedarnos sin votar, no fuera a ser que por nuestra culpa vaya a ganar el peje. Por fin, hambrientos, comimos cerca de las 4 p.m.

Espero que esas cinco horas en el sol hayan valido la pena, y que comencemos a construir juntos un país en el que por fin, me va a tocar poner mi parte.

México: suerte!