18 de junio de 2008

me gustan las palomitas...

... pero ahora llevo media hora sentada, viéndolas... tomando una, dos... regresándolas al plato. Me obligo a comerlas.
No es culpa de las palomitas, es culpa del tiempo, que pasa demasiado rápido cuando uno menos lo espera, cuando uno menos lo desea.
Hoy se antojaba tan lejano, y llegó, y pasó, y parece que no terminará pronto.
Pinche vida.

1 comentario:

Sandra dijo...

si...así son las condenadas palomitas...una tras otra y sin parar hasta que derrepente te encuentras con una superficie granulosa y vacía...

pensé que esto del blog había muerto pero ahora que de curiosa vi que lo mantienes vivo, espero poder hacer lo mismo yo también.

besos!