¿Qué hacían el día de hoy, hace cinco años? ¿Cómo se enteraron de la noticia que marcaría de alguna manera (que nada que ver con la cronológica) el inicio del siglo XXI?
Yo me acuerdo bien. Ese día llovía terriblemente, tanto que quedé atrapada en el edificio VI de residencias. Mientras la ciudad era un caos, los estudiantes festejábamos que no hubiera clases. Como ya me había levantado, me dispuse a desayunar como Dios manda, y mientras tanto, seguí sintonizando la televisión local (multimedios... I'm so sorry!) a fin de averiguar si en algún momento se reiniciarían las clases (si yo, que estaba dentro del campus, difícilmente hubiera podido llegar al salón, no me imagino cómo lo hubieran podido lograr los que no vivían en el claustro).
Los primeros reportes indicaban que había ocurrido un incendio en una de las Torres Gemelas de Nueva York. 2001 iba a ser el año en que el que por fin conocería Nueva York (la SALRI organizaba un viaje para octubre), así que con mayor razón me llamó la atención la noticia. Minutos después de enlazar su señal con noticieros estadounidenses, comenzaron a reportar que al parecer había sido un accidente, ya que no era un incendio provocado por causas internas a la torre en cuestión, sino a una "avioneta" que se estrelló (horas después el mundo sabría que se trataba del vuelo de AA-11). Yo en sí seguía preocupada en ese momento por si se reactivarían las clases o no, aunque de nada me iba a servir el día libre si todo estaba inundado.
Lo que ocurrió después es algo que millones de televidentes alrededor del mundo vimos totalmente en vivo: un segundo avión se estrelló contra la segunda torre. La estupefacción del reportero estadounidense, así como del individuo que intentaba torpemente traducir sus comentarios, fue algo que yo también sentí. Era evidente para todos que no se trataba de un accidente. Lo que quizá no era tan evidente de inmediato, era el cómo este hecho, este ataque a suelo estadounidense, iba a cambiar el análisis de las relaciones internacionales.
Como internacionalista en primer semestre, estaba ávida de aprender (un 'defecto' que no se me ha curado). Recuerdo que justo un par de clases antes, en el curso de Introducción a la Política Internacional, hablábamos acerca de los niveles en las RRII. Habíamos aprendido que el nivel individual no tenía una importancia relevante, de no ser por el caracter que tienen ciertas personas al ser representantes de una nación. Yo creo que Bin Laden nunca pensó que sus acciones cambiarían los libros de texto de nuestra área (algo bien señalado por nuestra amiga Rebeca), a tal grado que hay un antes y después del 11 de septiembre de 2001.
Creo que difícilmente hay algún internacionalista que no recuerde lo que estaba haciendo en ese momento, y más aún si se encontraba estudiando la carrera. ¿Cómo olvidar tantas tareas y tantos análisis sobre el tema? Desde cómo hablar de manera políticamente correcta cuando nos referimos al terrorismo islámico, hasta las implicaciones que tuvo para nuestro país el que este acontecimiento intensificara las medidas de seguridad.
Lo más triste de todo, es que si hay alguna frase estúpida que recuerdo de ese día, provino de María Julia Lafuente, que palabras más, palabras menos era así:
El demonio anda suelto: ¡Monterrey está inundado! y también lo del ataque a las Torres Gemelas
Y sigo sin conocer Nueva York.