24 de diciembre de 2005

¡Feliz Navidad!

Así es mis queridos amigos, por fin nos ha llegado la Navidad. Es una época
en la que a la mayor parte de nosotros nos entra algún tipo de sentimiento, ya
sea de X-Mas Fairy o de Grinch, pero de que algo nos
despierta, nos despierta.
Espero que este momento les sirva de pretexto para pensar en aquellos que
nada tienen, o que se están enfrentando a tiempos duros. No para que se
depriman, no es mi punto, sino para que vean sus propias vidas con un poco más
de ánimo y alegría... Ojalá todos pudiéramos apreciar lo que tenemos sin que nos
lo recuerden los que no tienen nada.


Como parte de mis cuentos navideños... ahí les va uno breve acerca de la flor que coloquialmente conocemos en México como nochebuena, o bien, poinsettia en inglés:
Cuenta la leyenda (a.k.a. Kerber) que nuestro querido Lorenzo de Zavala bajo mando de Vicente Guerrero, se las envió como regalo a Joel Poinsett, quien recién había sido enviado de regreso a Estados Unidos, después de haber servido como Embajador en nuestro país. Hasta aquí nada tiene de raro, peeeeeeeeeeeeeero... las malas lenguas señalan que era un regalo de amor, ya que Zavala lo extrañaba tanto, así que le mandó una buena cantidad de nochebuenas como símbolo de su nostalgia. Fue Poinsett entonces quien se encargó de difundir la belleza de esta flor.
Los aztecas solían apreciar esta flor (cuetlaxochitl en náhuatl) por su color, ya que creían que simbolizaba la sangre roja que corre en los sacrificios a los dioses, así que tenía un significado emblemático poco relacionado con la melcocha que evoca actualmente. El por qué actualmente ésta se señala como algo navideño, no lo sé.
Lo más cercano que yo he sabido, es un cuento que dice que un pequeño pastor fue a visitar a Jesús cuando recién había nacido, pero no tenía nada que llevarle. Lo más que hizo, con tal de no llegar con las manos vacías a semejante acontecimiento, fue juntar un poco de maleza y hierbas (al parecer lo único que se daba por aquellos lares), y al momento de postrarse al pesebre, se convirtieron en nochebuenas. Esto desde luego es muy muy poco probable, ya que la nochebuena es oriunda de México, y el intercambio entre Medio Oriente y América hace 2000 años no existía... pero en fin.
Si alguien tiene más datos sobre el por qué estas flores se convirtieron en un símbolo de la Navidad háganlo saber. Por lo pronto, los dejo para arreglarme un poco.

¡Feliz Navidad!

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