... pero qué tal la parranda???

Pues bien, tengo noticias... jajajaja. La verdad la aventura chinesiana cada vez se pone mejor... afortunadamente para nosotros, después de dos meses de esclavitud en la querida Beishida (es decir, la universidad), finalmente disfrutamos de vacaciones, ya que aquí no se dignan en festejar la semana santa (nunca hay que dar por sentado que el catolicismo mexicano deja más que salvación de almas... una cantidad impresionante de días de asueto!), al menos nos dieron esta semanita pasada, y estuvo de lu-jo.

En realidad no debería quejarme... jajaja, estuve dos semanas de vacaciones, si tomamos en cuenta que una semana antes estuvieron de visita David Goodman y Chen Ming Lu, de UTS, en lo que fue un acercamiento con la cultura china que fue más allá del estudio del idioma: restaurantes fascinantes, experiencias turístico-históricas, la cotidianidad del viejo Beijing, etc.

Finalmente en
wuyi (es decir, la semana de vacaciones) estuvo de visita por aquí Ana Carolina, y entre ella y mi nuevo amorcito me la estuve pasando muuuy bien (NOTA:
No es el wey de la foto, jaja, acabo de descubrir que no tengo ninguna del susodicho en cuestión). Yep, como lo leen... pero bueno, eso es una historia que yo misma sigo descubriendo, y disfrutando. Les puedo contar que es venezolano, y es totalmente adorable...
long story short, nos conocimos en un lugar bautizado como Latinos, jajaja, así que, bueno, ya imaginarán que entre salsa y merengue las cosas se van dando.
Lo triste es que ya todo acabó, y que mañana hay que volver a la rutina, a pelearse con las otras 60 personas con las que se comparte el camión de camino a la universidad, a la comida de tres yuanes (quizá lo único bueno de todo esto), y a esperar el fin de semana para andar en la parranda y pegada la boca de Tsingtao (la cerveza, no me le piensen mal!).